lunes, 9 de noviembre de 2009

Actividad: Análisis de Textos Históricos

Lee atentamente los siguientes texto y responde:

1- Identifica la naturaleza del texto (mirada positiva o negativa) sobre la Revolución Industrial.

2- Señala las condiciones en que trabaja el proletariado según lo leído.

3- Comenta brevemente con tus propias palabra la importancia del proletariado en el proceso de la Revolución Industrial.

DOCUMENTO 1: EL AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN
Un tejedor manual muy bueno, de 25 a 30 años de edad, podría tejer por semana dos piezas de 9 octavos de tela de camisa, de 24 yardas de longitud cada una, y de una trama de 100 hilos por pulgada.
En 1823 un tejedor de 15 años que atendiera dos telares mecánicos, podría tejer 7 piezas semejantes en solo una semana. En 1826, un tejedor de 15 años, al frente de dos telares mecánicos podría hilar por semana 12 piezas semejantes; y algunos podrían hacer hasta 15. En 1833, un tejedor de 15 a 20 años, ayudado por una niña de 12 años, al frente de 4 telares mecánicos, podría hilar en una semana 18 piezas de este tipo; y algunos increíblemente pueden llegar hasta 20.
Baines, Historia de la Manufactura de Gran Bretaña, 1835. Página 240.

DOCUMENTO 2: LA PASARELA DE LA MISERIA
Me situé en la calle Oxford de Manchester y observé a los obreros en el momento en que abandonaban las fábricas, a las 12 en punto. Los niños, tenían casi todos, mal aspecto, eran pequeños, enfermizos; iban descalzos y mal vestidos. Muchos no aparentaban tener más de 7 años. Los hombres de 16 a 24 en general, ninguno de ellos de edad avanzada, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las que tenían apariencia más respetable, pero entre ellas no vi ninguna que tuviera un aspecto lozano o bello. . Vi, o creí ver una estirpe degenerada, seres humanaos mal desarrollados y debilitados, hombres y mujeres que no llegarían a viejos, niños que jamás serían adultos saludables. Era un triste espectáculo.
Turner Thakrah: Informe del médico, 1831 En: Jiménez, Historia Universal, Edit. Santillana, Santiago 1996, p.270.

No hay comentarios:

Publicar un comentario